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En esta ocasión, nos acompañó el grupo de cicloturismo-extremo, procedente de tierras alemanas, que para la subida dejó la bici en casa.
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Poco hay que decir de esta actividad. Buena caminata. Cuidado hotel. Inmejorables vistas durante la noche y al amanecer. Sabroso melón, plato principal, del desayuno. Sólo faltó el bañito en la playa... pero otra vez será.
1 comentario:
Hola!
Hablando como el representante del grupo de cicloturismo-extremo alemán os queria dar las gracias por habernos tolerado en vuestro viajecito ;)
Nos gustó mucho y fue una buena compensación al sillín de la bici. Es una lástima que no tengamos montañas alrededor de Berlin.
Saludos, Pablo
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